El concepto de Smart City o ciudad inteligente está cada vez más extendido. Sin embargo, a veces cuesta ponerlo en práctica. Una Smart City es mucho más que tener wifi gratis en las zonas públicas o tener bicicletas a disposición de los ciudadanos. Solo Barcelona ha conseguido posicionarse como una Smart City de referencia gracias a su exitoso sistema Bicing o los grandes congresos que organiza anualmente como el Mobile World Congress o la Smart City Expo. Una Smart City es aquella que crea comunicaciones en red las veinticuatro horas del día con el único fin de mejorar la calidad de vida y la sostenibilidad de los ciudadanos. Pero a veces el concepto de Smart City se queda solo en marketing de ciudad y por ello han surgido los llamados movimientos ciudadanos o smart mobs.
En las ciudades, personas sin ningún tipo de relación tienen la capacidad de organizarse entre ellas para organizar algo, y cuando el objetivo está cumplido rompen esta relación. La mayoría de estos movimientos surgen por descontentos con el orden político y por las medidas que solo benefician a una minoría. Por ello, los ciudadanos necesitan más vías de comunicación para dar voz a problemas sociales, económicos o culturales que afectan a todos.
El concepto de multitudes inteligentes o smart mobs, fue asociado por Howard Rheingold, un crítico, ensayista y profesor de la Universidad de Stanford en California. Las smart mobs suponen una revolución para el orden social, coordinadas gracias a las nuevas formas de organización que ofrecen las tecnologías de la información como Internet o la telefonía. Gracias a ellas, los ciudadanos tienen el poder de dar respuesta a diversos acontecimientos con repercusión y a tiempo real. La diferencia entre un movimiento social y un smart mob es que los segundos están organizados gracias a las ventajas que ofrecen las TIC y suele ser espontáneo.
Big Data y Smart Mobs
Estas multitudes inteligentes o Smart Mobs, son objeto del Big Data por la cantidad de mensajes e interacciones que generan. El análisis de los datos que producen puede favorecer a la reutilización de la información y contribuir al desarrollo de la innovación social y del conocimiento colectivo.
El ciudadano ha aprendido nuevas formas de organizarse y además, las smart mobs, aparte de ser un movimiento que contribuye a la alfabetización digital, también se han convertido en comunidades de práctica donde los profesionales pueden adquirir experiencia o prestar sus servicios al resto de miembros. De hecho, algunas empresas ya han creado un espacio de aprendizaje o su propia escuela en la que muestran las herramientas y diseños adquiridos.
[fusion_builder_container hundred_percent=»yes» overflow=»visible»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»]
Por todo ello, el análisis del Big Data supone una herramienta más que efectiva para detectar tendencias, ideas o saberes compartidos por estas inteligencias colectivas. El Big Data es un aliciente para reutilizar esa información generada e incrementar el conocimiento del colectivo. De esta forma, multitudes inteligentes e inteligencia colectiva se retroalimentan gracias al aprovechamiento del Big Data.
Algunos casos de Smart Mobs
En los últimos años han surgido numerosas revueltas sociales o acontecimientos de gran impacto, los cuales se han generado a través de las plataformas o ventajas que ofrecen las tecnologías de la Comunicación y la Información. Algunos de estos ejemplos son los siguientes:
- La famosa «Batalla de Seattle», en 1999, es considerada una de las primeras manifestaciones de Smart Mobs, fue una protesta masiva en contra de la celebración de una cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Esta batalla se considera el punto de inflexión en el uso de las TIC como estrategia de movilización. En este caso, se emplearon los móviles, webs o cualquier dispositivo digital para comunicarse.
- Otro acontecimiento destacable fue el que ocurrió en España tras los atentados del 11M en 2004. Los móviles también fueron los dispositivos elegidos en esta ocasión para convocar una protesta que tuvo lugar el 13 de marzo tras el atentado, jornada de reflexión previa a las elecciones. El servicio de SMS que existía por aquel entonces se presentó como una alternativa útil para llegar a un mayor número de personas. Tras una cadena de mensajes que acababa diciendo «pásalo», miles de personas se concentraron en la sede del Partido Popular exigiendo explicaciones y respuestas a lo ocurrido el 11 de marzo. Esta noche fue bautizada como «la noche de los mensajes cortos».
- El 15M se apoyó en Facebook y Twitter para la movilización interna y ofrecer información global. Pero también se caracterizó por el uso de la red libre N-1, una red social basada en un software libre cuyo objetivo es devolver a las redes sociales el carácter abierto de Internet. Este tipo de redes de código abierto permiten las interacciones semicerradas de las comunidades virtuales frente a los espacios de microcomunidades dispersas que han creados redes sociales como Facebook, donde potentes bases de datos gestionan no solo información sobre el usuario, sino sobre sus interacciones con el resto de usuarios.
- Por último, cabe señalar también lo ocurrido en torno al 11S. Tras los atentados, un movimiento colaborativo permitió que en la isla de Manhattan empresas y trabajadores tuvieran conexión a Internet tras las dificultades técnicas que se estaban produciendo tras caos de los ataques.
Gracias a Internet, se puede crear una comunidad global. Los últimos movimientos sociales que han sucedido alrededor del mundo se han apoyado en las redes sociales como forma de estructuración y organización social y se ha demostrado que la aplicación e integración de las nuevas tecnologías en nuestra vida cotidiana puede ir más allá de nuestros comportamientos sociales.
[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]
0 comentarios