Una smart city, o ciudad inteligente, es un concepto que busca cubrir una necesidad cada vez más patente de dirigir el desarrollo de nuestras vidas hacia la sostenibilidad. Se estima que las ciudades son, en la actualidad, las responsables de consumir casi el 75% del gasto energético y generan el 80% de los gases responsables del efecto invernadero.
De acuerdo con esta preocupante situación, una Smart City busca servirse de infraestructuras, innovación y tecnología para reducir este consumo energético y disminuir las emisiones de Co2. Es decir, una Smart City, sería una ciudad que utilice sus recursos de manera eficiente e inteligente con el objetivo de ahorrar energía y reduciendo los costes para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, todo ello con la ayuda de la innovación.
Fotografía tomada de http://www.nordicapis.com
Smart City, un gran poder de transformación
El concepto de Smart City engloba a grandes industrias dentro del desarrollo normal de una ciudad y se componen de estos seis apartados:
- Economía: referente a las oportunidades, productividad o interconexiones locales y globales.
- Gobierno: mejora en la gestión de servicios online, mayor transparencia y participación ciudadana.
- Personas: los ciudadanos son sin duda la parte fundamental de una smart city, ya que sin su participación activa no es posible llevar todo a cabo estas iniciativas.
- Hábitat: especial incidencia en la sanidad basado en un modelo con mejores herramientas y menor tiempo de actuación, la seguridad y las facilidades educativas.
- Movilidad: transporte eficiente e implantación del vehículo eléctrico.
- Medio Ambiente: sensores inteligentes que ayuden a recopilar datos sobre planificación urbana, edificios inteligentes o protección medioambiental.
Beneficios de la implantación de una Smart City
Son muchas ya las ciudades que han decidido dar un paso en busca de la sostenibilidad y el desarrollo tecnológico. El ranking mundial es liderado por la ciudad japonesa de Tokio con proyectos de gestión energética, urbanización inteligente o movilidad. Por otra parte, cuenta con la tecnología NFC (Near Field Communication) que permite realizar pagos en medios de transporte o en grandes almacenes simplemente utilizando el teléfono móvil.
Sin embargo, no hay que irse muy lejos para ser testigos de un caso de Smart City. Barcelona es la ciudad con una mejor progresión al pasar en dos años del puesto 63 al 51. Uno de sus puntos fuertes es la conexión Wifi gratuita por toda la ciudad. Otro caso español es Málaga que trabaja sobre el concepto «Smart Grid» y busca aumentar la eficiencia energética, aprovechamiento de las fuentes renovables y la reducción de las emisiones de CO2.
Para 2050, según la OCDE, han de empezar a tomarse medidas drásticas ya que el crecimiento económico y demográfico parece que va a tener un impacto medioambiental y social altísimo. Teniendo en cuenta que la mayoría de la población se concentrará en las grandes ciudades, se hace indispensable superar el desafío de los más de 2.000 millones de habitantes para ese año.
Por este motivo, cabe preguntarse ¿qué hace tu ciudad para disminuir este impacto?
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