Hoy volvemos con nuestro apartado de entrevistas para hablar con Francisco José Morcillo, consultor especializado y director de proyectos de Innovación y Transformación Digital. Nos dará su opinión, desde un punto de vista profesional, sobre la transformación de las Ciudades Inteligentes.
¿Quién es Francisco Morcillo?
Es un fiel seguidor de la innovación, específicamente si se trata de la transformación digital de ciudades. Tiene ya más de 20 años de experiencia, estos últimos, se ha estado volcando en el desarrollo de proyectos y consultoría de estrategia y operaciones con clientes públicos y privados.
Ha desarrollado varios programas de Alta Dirección y MBA, Masters y programas de contenido Urbanístico y Tecnológico. Director Integral de Proyectos de Arquitectura, Ingeniería e Urbanismo, Consultoría de Innovación Empresarial, y desarrollo de Proyectos Smart City en las líneas de consultoría estratégica, PMO y desarrollo de producto propio de analítica y visualización de datos.
Actualmente, está muy centrado en el desarrollo de Ciudades y Territorios Inteligentes. Como CEO de MB3 GESTION, desarrolla una estrategia de negocio que ha permitido a la empresa formar parte del ecosistema, como “empresa de nicho”. Además, le ha dado la posibilidad de ser proveedor de Administraciones Públicas, empresas tecnológicas y consultoras internacionales. Actualmente tiene un posicionamiento nacional, en toda España.
¿Puede una ciudad decidir ser o no una ciudad inteligente?
La ciudad no tiene que tomar una decisión, sino las innovaciones tecnológicas que derivan de los nuevos hábitos de los ciudadanos y la nueva configuración de los servicios públicos. Obligan a una nueva configuración de los escenarios derivados de la Agenda Urbana, la pandemia o los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por lo tanto, la toma de nuevas decisiones se debe hacer desde el punto de vista de la sostenibilidad y de la digitalización.
Entonces, ¿deben convertirse las ciudades en Smart Cities?
La ciudades deben convertirse en prestadores de servicios a la ciudanía, deben proveer de oportunidades a las empresas. Deben crear a través de la tecnología, habilitadores marcos de referencia que permitan mejorar la calidad de vida.
Indudablemente, los servicios públicos que se prestan en la ciudad van a diferir de la tradicional forma de entender la prestación del servicio. Si al igual que los empleos del futuro aún no se han inventado, los nuevos servicios están por llegar, acelerados además por la digitalización de la sociedad actual.
¿Por dónde se empezaría a construir un proyecto de ciudad inteligente?
La ciudades deben construirse a partir de los servicios y los datos. Sin servicios que puedan ser medidos, difícilmente pueden ser evaluados. A partir de aquí es donde se debe realizar el proceso incremental: proveer de soluciones predictivas para la mejora de servicios, utilizar mecanismos derivados de la analítica de datos para sugerir servicios, incorporar la inteligencia artificial a la adaptación de los servicios, etc.
¿Hay un tiempo de caducidad ya establecido para tomar el camino de la transformación digital en las ciudades?
No hay tiempo de caducidad, el tiempo está asociado a la competitividad. Es indudable que no se trata de una moda; es una filosofía orientada a las nuevas formas de entender la sociedad actual, digital y humana. Estamos ante una proliferación de soluciones digitales que se han democratizado en la sociedad y no podemos vivir a espaldas de ellas. No se trata de copiar propuestas, se trata de adaptar aquellas que mejor den respuesta a las necesidades reales del municipio.
Los Ayuntamientos van a tener acceso a más información para poder gestionar su ciudad. Pero, ¿dónde está el límite? ¿cuáles son los retos en materias de seguridad para las Smart Cities?
Los Ayuntamientos deben ir incorporando sistemas transversales que permitan salir de los modelos de “silos estancos” y adaptarse a la estandarización prevista en las normas derivadas del Comité Técnico de Normalización CTN-178. Con el desarrollo de estos sistemas transversales o plataformas de ciudad, podrán capitalizar más información y generar conocimiento a raíz de la explotación del uso masivo de datos.
En municipios más pequeños y apoyados en plataformas de gestión del territorio o del destino turístico, se pueden resolver parte de sus necesidades. Sus funcionalidades abordan la posibilidad de hacer un uso “multientidad”. Cada municipio puede personalizar sus propios cuadros de mando y de gestión, desarrollando sistemas de mejora articulados bajo el paraguas del territorio.
Es indudable que nos enfrentamos a un escenario incierto en materia de seguridad. La proliferación de dispositivos IoT que vendrán de la mano de la conectividad 5G y el aumento de los servicios, se convertirá en foco de atención en la búsqueda de la brechas digitales. La ciberseguridad es un vector básico en los pilares de las estrategia europea de la digitalización (tiene su propia estrategia). La seguridad de las ciudades será algo a considerar y tener muy en cuenta.
¿Cuáles son los modelos de negocio más comunes en proyectos de Smart Cities?
Indudablemente son estrella los servicios más tradicionales del servicio público municipal: agua, alumbrado, residuos, ect. Pero también a su vez, las fórmulas concesionales no se han desarrollado de la manera más adecuada. Esto es debido a que los municipios no tienen articulados los procedimientos adecuados que permitan la bidireccionalidad de los datos.
En su defecto, otros como los derivados de la movilidad, la seguridad o el turismo, se han convertido en modelos de éxito. Sobre todo este último, debido a la configuración del PIB nacional y el desarrollo exponencial que ha tenido la tecnología con el impulso del concepto del destino turístico inteligente.
En cualquier caso se prevén tiempos interesantes para la eficiencia energética, la gestión de edificios y todo lo que derive en mejorar la sostenibilidad en general.
¿En base a qué consideraciones se selecciona un modelo de negocio adecuado para una ciudad?
La respuesta quizás más cómoda, estaría dando la solución a dar una visión sobre por dónde comenzar a construir un modelo de smart city. En este caso mi recomendación es iniciar la gestión del cambio por aquel ámbito del servicio de ciudad que tenga una fuente datos adecuadas. Esto permitirá entender el procedimiento de captación, extracción y visualización de datos. A partir de aquí es mucho más sencillo extrapolar el caso de uso a otras áreas.
En cuanto al proceso de selección del caso de uso de una ciudad, quizás esté motivado por las necesidades concretas (movilidad, turismo, seguridad, etc). A partir de aquí, generar una arquitectura que permita plantear la propuesta desde un punto de vista transversal y con perspectiva de sostenimiento en el futuro.
Es indudable que muchas veces, el inicio de un servicio puede venir motivado por la arquitectura de los fondos que lo financian. Por ello, es más importante definir bien el fin que se persigue que el modelo específico, aunque obviamente hay que seleccionar alguno, y en este caso me ciño a la respuesta anterior: aquel servicio que provea una mejor fuente de datos.
¿Una predicción para este 2021 en el ámbito de las Smart Cities?
El IoT (Internet de la Cosas) es un concepto que se refiere a la interconexión de los objetos de forma digital a través de internet, sobre la base de la sensórica y la conectividad. Estos dispositivos y sus datos, junto a la Inteligencia Artificial (incorporada en algoritmos y modelos estadísticos con el objetivo de realizar un aprendizaje de los resultados) están propiciando un nuevo modelo y una nueva ola de tecnología. Con la unión de las dos, IA+ IoT, generan el AIoT o “inteligencia de las cosas” ( intelligence of things). El AIoT provoca un avance importante sobre los resultados del “Internet de la cosas”, que se basaban en la conectividad exclusiva y generación de datos de los objetos.
El AIoT incorpora una capacidad de análisis y actuación a los objetos conectados, aportando autonomía para la toma de decisiones. Al fin y al cabo es una inteligencia conectada, tan necesaria que al manejar tal cantidad y volúmenes de datos, ya se requiere de procesamiento rápido y coherencia al flujo de datos.
La inteligencia urbana tradicional (de los últimos cinco años) basada en el desarrollo de verticales y la generación de datos, se va descentralizando cada día más, y va evitando “silos inteligentes” con la incorporación de plataformas inteligentes de ciudad o de territorio. Pero la incorporación del 5G y el desarrollo conjunto de nuevas tecnologías como el Big Data, la Inteligencia Artificial y el Internet Of Things, junto a la computación en la nube, se vislumbra como la fórmula idónea para romper las limitaciones tradicionales y crear un marco de respuesta integrado y rápido.
0 comentarios